viernes, 20 de septiembre de 2019

Resumen de Ben-Hur por Lewis Wallace

Resultado de imagen para ben hur de caricaturaNúmero de páginas del resumen: 11
Letra utilizada: Arial 12
Interlineado: 1.5 Nivel de extensión: Largo
Edad recomendada: Apartir de 10 años
Nivel de comprension: Intermedia
Ambiente: Antiguo romano.
Año de publicación: 12 de noviembre del 1880


En un recóndito lugar del desierto se encuentran tres personajes de lejanas tierras, uno de Egipto, otro de la India y el último de Grecia. Todos con creencias y principios sobre el cuerpo y la religión propios de sus naciones, dejan de lado sus diferencias para ir al encuentro del Dios Judío. Melchor, Gaspar y Baltazar siguen la estrella en el cielo hasta Belén, trayendo la noticia por donde pasan hasta que llega a oído de Herodes el rey de los judíos en su época.

Años más tardes a una civilización muy cambiada donde roma ha asumido el poder por encima de muchas naciones inclusive Judea, el Cesar ha rebajado la respetable civilización hasta una simple provincia que no necesita de un rey. Mesala y Judá antes amigos de la infancia viven en este nuevo entorno, Mesala es un romano que se alejó de las zonas colindantes de Judea donde frecuentaba a su amigo judío por varios años, está de regreso con las nuevas formas de pensar sobre dominio, de riquezas, superioridad y antipatía. Esto no agrada a su humilde amigo Judá quien decide romper la amistad por los cambios en Mesala. Judá comienza a cuestionarse sobre la posición de su raza y sus derechos comparados a las de los romanos. Lo que lo lleva a remontarse a pensar en sus más antiguos ascendientes de los tiempos de David y donde la promesa de ser el pueblo elegido por Dios ha quedado olvidada por muchos, pero no para los de su clase a pesar de su posición.

La madre de Judá termina la descripción de sus antepasados hasta los tiempos de su padre, tras la muerte de Herodes se convirtió en el judío más rico de Jerusalén, quien, si no fuera por el dominio de los romanos, sería considerado un príncipe al igual que su hijo. Vivió como un gran mercader en los mares, respetuoso de las leyes romanas pero a su vez de las leyes de su religión, hasta el día de su muerte en alta mar. Judá se siente más tranquilo y orgulloso de sus raíces judías.

Al día siguiente, la ciudad de Jerusalén es despertada por un desfile romano con el comandante Grato, cabalgando a la cabeza. Los soldados no son bien recibidos entre los judíos quienes los abuchean conforme a su paso. Judá y su hermana Tirzah se asoman a ver la comitiva desde los más alto del balcón de su casa, es tanta su admiración que no puede evitar inclinarse más para ver el desfile a tal grado que provoca que un ladrillo mal sujeto resbale hasta dar con la cabeza del comandante romano, quien cae de su caballo como si estuviera muerto.
Hubo una gran revuelta y conmoción entre los judíos y los soldados romanos, el más perjudicado fue Judá, entraron a la fuerza a su casa. No esperaron a que el niño explicara que fue un accidente, se llevaron a los sirvientes, a los animales, a los carros, a su madre y hermana; prendieron fuego a la casona de los Hur y sellaron sus puertas para no ser abiertas jamás. Busco ayuda para su casa y su familia en su amigo Mesala, pero este, indignado por su antigua charla, finge no conocerlo y abandonarlo a su suerte.

A pesar de que el comandante Grato sobrevivió, no tuvo piedad. Separó a Judá de su familia y fue llevado a pie a cumplir con su sentencia, donde no fue tratado dignamente durante todo el camino a excepción de un muchacho quien le dio de beber a pesar de ser señalado por asesino.

El joven Hur, vivió tres años cumpliendo su sentencia en las galeras, maniobrando un remo que impulsaba a un gran barco perteneciente a un comandante romano, junto a sesenta esclavos más. Cuando no se encontraban remando, ocupaban su tiempo descansando o comiendo, sin oportunidad de siquiera entablar conversación o permitirles ir a cubierta. El barco romano cambia de comandante por Quinto Arrio, un romano noble que fija su atención en Judá desde el momento en que lo vio al reconocerlo un judío tan joven y que demostraba su inteligencia hasta en lo más mínimo. No tarda en pedirle que le cuente su historia, Ben-hur se la cuenta movido por la esperanza de saber de su hermana y su madre, declarándose siempre inocente por lo sucedido años atrás con Grato. Quinto en el fondo le cree pero se muestra escéptico, sin embargo el muchacho no se desanima y lo ve como una esperanza.

Hay un enfrentamiento entre la galera romana y piratas nórdicos. Mientras Quinto se prepara para la pelea, los remeros son esposados en su lugar de trabajo para que no tengan manera de huir en el enfrentamiento, pero todos ellos saben que si los piratas son los vencedores ellos serán arrastrados al fondo junto al barco. El único que no es esposado es Ben-Hur. La batalla en el barco favorece a los piratas, Judá abandona su puesto en el remo impulsado por la idea de que su única esperanza de salir de ahí muera ante los piratas. El barco explota cuando este alcanza la cubierta, queda sobre una tabla a la deriva en el mar pero se siente feliz porque logra poner a salvo sobre el tablón a Quinto.
El comandante romano seguro de que morirá le confiesa al muchacho que conoció a su padre y le ofrece su anillo para que reclame de herencia todas sus riquezas. Ante un arranque de nobleza Ben-Hur rechaza cualquier favor. Afortunadamente ambos son rescatados por un barco romano y Quinto es bien recibido por su acto de valor ante los piratas. Esto no hace que olvide su promesa, así que nombra al judío como su hijo, eternamente agradecido de que lo haya salvado.

El mes al que ahora llegamos es julio, el año 29 del señor en Antioquia. Después de 5 años desde que Quinto Arrio lo adoptara y que este muriera de causas naturales, Ben-Hur se embarcó hacia esta nación por cuestiones de negocios. El joven, que había heredado la fortuna del romano, se enteró por parte de su tripulación sobre Simónides, el mercader más rico de Antioquia, antiguamente esclavo de el papá de Ben-Hur. Esto provoca que la esperanza de saber algo de su hermana y madre, renazca en él. Le hace una visita al antiguo esclavo de su padre, que había sido torturado varias veces para entregar su fortuna a los romanos, más nunca tuvieron éxito. Le cuenta a él y a su hija Ester, su identidad y su historia, pero el mercader decide no confiar en él porque si fuera hijo de Hur pasaría a ser él, su hija y toda su fortuna; a manos del joven segun la ley. No obstante Simónides decide ponerlo a prueba mandando a su criado Malluch a que vigile a Ben-Hur para dictaminar si es merecedor de los bienes.

Malluch sigue a Hur hasta el bosque de Dafne, donde se hallaba afligido por no saber nada de su familia. Lo aborda sin revelar totalmente su identidad y queriendo volverse su amigo, lo lleva al coliseo. Viendo las carreras de cuadras, Ben-Hur reconoce a uno de los competidores como su enemigo Messala. Malluch y Hur se alejan de las carreras alejándose de Mesala y rumbo a una fuente famosa donde se cruzan con el antiguo rey mago Baltasar y a su hija. Justo a su dirección fue Messala con un poderoso caballo y Ben-Hur, al percibir que chocaria con el rey y su hija, logra detener al caballo, provocando que el romano casi caiga. Baltasar le agradece y aunque Mesala no lo reconoce, se va con un rencor al judío.

Es aquí cuando Ben-Hur se decide que participará en la próxima carrera de cuadras para tomar venganza con el romano para humillarlo públicamente al ser el triunfador. Malluch con la intención de ayudarle lo lleva con el jeque Ilderim, dueño de los mejores caballos de Antioquia. Mientras Malluch va a informar al mercader. Ben conoce al jeque, un viejo del desierto muy reconocido, el mismo que hace años, cuando Herodes mandó a hacer la matanza de los niños en Belén y mandó a perseguir a los reyes magos, dio resguardo a Baltasar por varios años.

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El rey mago Baltasar y su hija, van de visita a la casa del Jeque con Ben-Hur como su invitado aun. De esta manera puede narrar por su propia voz el acontecimiento pasado hace muchos años con el niño Dios y la persecución de Herodes que hizo huir a los tres reyes magos. Al oír hablar de Jesús, Ben-Hur se entusiasma por la idea de que exista un rey que ponga fin a las injusticias romanas y su imperio. Pero Baltasar le explica que habla de un reino diferente, referente más al alma y no de forma política. Esto provoca confusión en el joven judío.

Ganados las simpatías del Jeque, no solo se ofrece a prestarle sus caballos para la carrera, si no protegerlo porque se le informa por Simónides de su identidad y su enemistad con Mesala. Uno de los espías del Jeque intercepta una carta de Mesala dirigida al gobernador Grato delatando que el robo y encarcelamiento de la familia Hur fue todo un plan. En la carta también relata que Mesala a reconocido a Ben-Hur y que deben tomar ambos, medidas con este para seguir conservando la fortuna robada. Mientras el judío corre este peligro, se ve distraído porque comienza a sentirse atraído no solo por la hija de Simónides, sino por la hija de Baltasar.

Por otro lado, Simónides, el antiguo esclavo de su padre que lo vigila en todo momento por Maluch, decide que es merecedor de toda la fortuna generada. Entonces le revela a Ben-Hur sus intenciones, la identidad de Maluch y se ofrece a él y a su hija ahora como sus esclavos. Pero el muchacho, al ser tan puro, decide liberarlos a él y a su hija y contratarlo como administrador de sus posesiones y aceptarlos como sus amigos.

Influenciado por Baltasar y Simonides, al tener una gran fortuna así como una gran destreza en el combate, asume su misión para apoyar al futuro salvador de Israel. No sin perder en mente la carrera que tendrá contra Mesala.

El gran día de la carrera, Ben-Hur participa de manera ágil y astuta, no solo vence al romanos si no que gracias a una modificación en su carro y la velocidad de los caballos del Jeque, consigue aprisionar a Mesala y destrozarle el carro. Con esta victoria toda roma enloqueció porque perdió mucho dinero en las apuestas e incluso el mismo Mesala perdió toda la fortuna propia y la que había sido robada.

Con la guardia baja después de la carrera, el joven vencedor recibe una invitación de la egipcia hija de Baltazar en un palacio. Como estaba ya más enamorado de ella que de la judía, va al misterioso palacio sin imaginar que lo encerrarían en un cuarto junto con dos gladiadores encargados por Mesala para matarle como venganza por la derrota y de sus piernas que fueron aplastadas por sus caballos cuando el coche fue destruido. El judío haciendo uso de su inteligencia reconoce a Thord, uno de los gladiadores, quien le enseño a pelear en los días en que era hijo de Arrio. Así que le ofrece que lo deje libre si vence al otro asesino. Este acepta no tardando nada en vencerlo con una llave especial que el gladiador le había enseñado, así que le reconoció. Ben le ofreció darle más dinero del que le había pagado Mesala para que fingieran que el gladiador vencido era Ben-Hur y así fingir su muerte.

De esta forma el joven escapa.

Días después de los acontecimientos en Antioquia, Jerusalén se ve sujeta a cambios cuando Grato es suplido por Pilatos como gobernador. Pilatos se da cuenta que una de las cárceles tiene más celdas de las que indican los planos así que decide revisar la celda oculta. Esta sexta celda solo se conectaba por la celda 5, le daban comida a un anciano en ese calabozo para que este pasara la comida sobrante a la sexta celda donde por ocho años la madre de Ben-Hur y Tirzha vivieron afectadas por la lepra.

Aunque las mujeres ahora estaban libres, no podían volver a casa. Debían irse a las afueras de la ciudad hasta que la lepra acabara con ellas. Mientras tanto Ben-Hur salio de Antioquia y volvió a Jerusalén dispuesto a encontrar a su madre y hermana. Llego a su antigua casa destrozada y abandonada, al no poder entrar en ella se quedó dormido afuera de esta. Las leprosas lo vieron a la distancia, felices de verlo después de tanto, pero tristes por no poder despertarlo y con gran pesar se despidieron mientras este dormía.

La antigua niñera de Ben-Hur fue la única que logró escapar ese fatídico día y era la única que vivía en la abandonada casa desde entonces, así que al darse cuenta del hombre que dormía afuera, fue a recibirlo con gran alegría. Amrha, la antigua niñera, salió al mercado para comprar cosas con el motivo de prepárale de comer a su ahijado, donde escucho la historia de unas leprosas que habían sido encarceladas por Grato hace mucho. Ella tuvo el presentimiento de que eran sus amas, así que muy temprano fue al lago afueras de la ciudad donde los leprosos tomaban su agua. No tardo en divisar a sus amas con gran pesar. La madre de Ben-Hur le suplicó que no le dijera a su hijo de su ubicación.

Otro de los grandes cambios del gobernado de Pilatos fue que tomaría la medida de cobrar impuestos grandes a las iglesias judías. Esto provoca una gran revuelta entre romanos y los religiosos. Ben-Hur quien se había esforzado mucho por encontrar a su familia, se encontraba tan afligido que no tuvo ningún temor de unirse a la revuelta. Junto con unos pocos Galileos consiguió aplacar a muchos soldados romanos.

Días después recibió la noticia de que había un profeta llamado Juan Bautista que proclamaba la llegada del salvador. Poniéndose en marcha con Maluch, emprendió un viaje hacia Batabara a través del desierto donde se cruza con su amigo, el rey mago Baltazar y su hermosa hija. A través de este viaje descubrió que Iras sabia demasiados secretos de él, pero el amor que sentía por ella despejaba su mente de sospechas. Cuando por fin llegaron, la gente que se reunía para escuchar al ermitaño que hablaba de Jesús ya se estaba dispersando, tanto Ben-Hur como Iras se sintieron decepcionados por el aspecto tan decadente por este. Justo cuando se iban, Juan Bautista señaló a un hombre y aseguro que era el nazareno, Baltasar y Ben-Hur quedaron impresionados por el aspecto tan pacífico y bondadoso del hombre.

Impulsado por este acontecimiento, Ben-Hur dedicó los siguientes tres años entrenando y reclutando un pequeño ejército para prepararse para la venida del rey de los judíos. Compró su antigua casa a Pilatos y la restauró para no estar solo de nuevo, invitó a Baltasar y su hija a quedarse así como a su administrador Simónides con su hija Ester, así como a Amrha quien guardaba fielmente el secreto de las leprosas.

Mientras el judío partió por mucho tiempo para seguir a Jesús y presenciar sus milagros, en la casa de Hur hay un ambiente pesado por las hijas de los sabios que luchan en silencio por el amor del judío. Un día en que Ben mando una carta a Simónides informándolo que ese día volvería Jerusalén por que el nazareno también se dirigía a la ciudad, Ester se sintió un poco decepcionada por no ser mencionada en la misiva. Justo cuando la judía estaba dispuesta a dejar a que Ben-Hur fuera feliz con Iras, la egipcia la llamó para presumirle de forma sutil la carta que recibió del judío pidiéndole ser su prometida.

Jesús entró a Jerusalén sentado en un burro mientras los judíos le recibieron con palmas como un rey humilde, sin ninguna procesión muy ostentosa. Ben-Hur llego a su casa feliz de ver a todos sus amigos y de forma rápida comenzó a narrar todas las cosas magnificas que había visto hacer al hombre, desde curar leprosos hasta revivir a los muertos, pero aun con las dudas de si un hombre tan bondadoso podría ser capaz de destituir a los romanos.
Amhra al escuchar todos los milagros de boca de su ahijado, no esperó al día siguiente para buscar a sus amas, y sin temor alguno se acercó a ellas y les abrazo. Horrorizadas ellas se apartaron pero la esclava les conto de aquel que curaba la lepra y  que vendría ese día a Jerusalén. Impulsadas por su fe emprendieron el fatigoso camino hacia la ciudad que su enfermedad empeoraba. Rodeando lo más que podían los caminos poblados para que no las echaran, consiguieron gritar justo cuando Jesús pasaba. El hombre se apiado de las tres mujeres y muy pronto quedaron curadas de su padecimiento. Ben-Hur, que se encontraba cerca, reconoció a su niñera, a su madre y hermana, sin ningún temor se abrazaron con alegría.

Instaló unas tiendas a las afueras de la ciudad para las mujeres en lo que los sacerdotes terminaban con las celebraciones de pascua para dictaminar su curación y así poder aceptarlas en la ciudad de nuevo. El joven confió este secreto a Iras pero no conto con que la actitud de la hija de Baltasar había cambiado, se encontraba disgustada por descubrir la sencillez del que sería el rey de los judíos, si Ben-Hur fuera su comandante sería igual de sencillo como a aquel a quien serviría. Eso no era atractivo para tener como futuro esposo.
Ben-Hur, decidido a no dejarse influir por los comentarios de la egipcia no se le dificultó nada declinar su oferta de compromiso, pero Iras, no queriendo dejar pasar todavía la oportunidad de un matrimonio ventajoso, amenaza con revelar todos los secretos de Ben y sobre todo el que revela su muerte fingida en Antioquia.

Revelada la actitud de la egipcia, Ben-Hur se culpa por no obedecer los sentimientos que tenía por Ester quien debido al chantaje no puede proponerse nada con ella.

Llega una revuelta a Jerusalén con legionarios romanos y sacerdotes judíos para apresar a Jesús. Ben-Hur horrorizado se abre paso para pedir a su señor si quiere ser rescatado pero este se niega a contestar porque está decidido a cumplir con su misión de ser crucificado. Esa noche Ben no pudo dormir y a primera hora de la mañana se reúne con los comandante que había entrenado para la futura guerra, pero su plan se derrumba cuando estos le dicen que son los únicos que se mantienen fiel a su palabra, los demás habían tomado la decisión de unirse a los sacerdotes y esa misma mañana habían decidido crucificar al mesías.

Junto a Ester, Simónides y Baltasar, salen a mirar como el hombre con la cruz es humillado, tratando de hablar con aquellos que eran miembro de su ejército Ben-Hur trató una vez mas de animarlos a defender a Jesús, pero ellos estaban muy desanimados porque habían tratado de nombrar al mesías rey, este se había rehusado, y al no acomodarse este hombre con sus ideales, les daba igual si moría.

Mientras el judío era crucificado, por fin Ben-Hur estuvo convencido de que era el hijo de Dios y que había venido al mundo por algo mucho más importante que el de reinar algo terrenal. Al mismo tiempo que el hombre murió en la cruz, el rey mago Baltasar murió simultáneamente. Ben-Hur apenado por la muerte del egipcio, busco a su hija Iras ya sin ningún rencor, puesto que esta se había quedado sola en el mundo, pero no la encontró por ningún lado.

Años después, Ester y Ben-Hur se encontraban felizmente casados, viviendo en paz con sus hijos. Un día llego a la casa Iras, que había perdido su belleza y la paz. Muy desdichada conto a Ester que ya no debían temer por Mesala, porque ésta, después de abandonar a su padre, había ido en búsqueda del romano para salvar un poco su reputación o dignidad. Pero la misma naturaleza de Mesala la había hecho tan miserable por años hasta que se decidió matarlo.

Con gran pesar Ester se ofreció a ayudarla sin ningún rencor del pasado pero la egipcia rechaza la ayuda y se fue para no ser vuelta vista jamás por los Hur.

Lo último que supo Ben-Hur del jeque Ilderim fue una carta que le informaba que este había muerto pero había legado una gran familia al desierto con muchas riquezas pero lo único que no heredo a estos fue el hermoso Vergel de las Palmeras que había gustado tanto a Ben-Hur hace tantos años. Esta propiedad la dejo al joven.

Con tantas riquezas y tanta plenitud, el joven judío decidió a hacer con su vida lo que siempre debió y quiso hacer, estableció un cementerio en una de las más hermosas iglesias en el pedazo de roma que era cada vez más cristiana por los acontecimientos sucedidos que fueron dando un cambio paulatino. Y gracias a este hermoso lugar, miles de fieles pudieron orar por sus muertos por muchos, muchos años

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